La Unión Europea ha implementado un sistema de clasificación de productos para la construcción con el fin de mejorar la seguridad en los edificios. Este sistema, enmarcado en el Reglamento de productos para la construcción (CPR), establece requisitos y características armonizadas que todos los productos destinados a la construcción deben cumplir en el ámbito de la UE.
En línea con el interés compartido por la protección de las personas frente al fuego, Cables RCT y la industria del cable en general han desarrollado cables con baja emisión de humos y gases tóxicos. Estos cables permiten más tiempo para evacuaciones en caso de incendio y minimizan los daños a los equipos de protección, facilitando las tareas de rescate.
El CPR, mediante su sistema de clasificación y los requisitos de control de calidad que impone, representa un paso crucial en la mejora de las prestaciones de los cables y su nivel de seguridad. Este progreso se alinea con la trayectoria que la industria del cable ha seguido en los últimos años.
¿Qué es el Reglamento de productos para la construcción (CPR)?
El Reglamento de Productos para la Construcción (CPR) representa la normativa principal de la Unión Europea que define los requisitos esenciales y estándares unificados que todos los productos destinados a ser permanentemente instalados en obras de construcción deben cumplir dentro del ámbito de aplicación en la UE.
Dada su naturaleza legal, este reglamento es de obligatorio acatamiento por todos los actores sociales afectados, incluyendo entidades gubernamentales, fabricantes, distribuidores y usuarios finales. Todas las leyes y regulaciones vigentes en la Unión Europea deben ajustarse a las especificaciones técnicas armonizadas antes de que este reglamento entre en efecto.
Este reglamento está contemplado en el Reglamento (UE) nº 305/2011 de 9 de marzo de 2011, publicado el 4 de abril de 2011 en el Diario Oficial de la Unión Europea, que establece las condiciones estandarizadas para la comercialización de productos de construcción.
¿Cuál es el objetivo del CPR?
Para los cables existen diferentes legislaciones en los ámbitos europeos y nacionales que se traducen en niveles de seguridad diferentes. El reglamento CPR introduce nuevos criterios de clasificación y clases comunes, llamadas euroclases, para todo el espacio europeo, creando un lenguaje y un sistema de clasificación, evaluación y certificación comunes para todos los países miembros para los productos para la construcción. En relación al comportamiento frente al fuego, permite establecer unos patrones comunes para realizar comparativas de evaluación en condiciones equivalentes, garantizando la veracidad de la información sobre los productos sometidos a este reglamento.
¿A quién afecta?
En la implementación del Reglamento de Productos de Construcción (CPR), intervienen múltiples actores, incluyendo fabricantes, distribuidores, instaladores, ingenierías y las Autoridades competentes de los estados miembros de la Unión Europea (UE).
Tanto los fabricantes como los distribuidores tienen la responsabilidad de producir y comercializar los productos de conformidad con los estándares especificados en el CPR. Además, los fabricantes deben emitir una «Declaración de Prestaciones» (conocida como DdP o DoP en inglés), certificando que el producto cumple con las prestaciones exigidas por el CPR para una determinada euroclase. Los productos deben estar identificados con marcas y etiquetas que reflejen su clasificación. Es crucial que estas características y su cumplimiento sean validados por un organismo independiente, conocido como Organismos y Laboratorios Notificados.
Por su parte, las autoridades competentes de cada estado miembro son responsables de establecer los requisitos que los materiales deben cumplir en sus respectivos territorios, determinando los niveles de seguridad que deben alcanzarse en función del tipo de construcción o instalación. Además, se encargan de verificar que los productos comercializados e instalados cumplan con los requisitos de aplicación correspondientes.
Los instaladores, las ingenierías y los usuarios finales tienen la obligación de seleccionar productos apropiados y adecuados para la construcción, garantizando que cumplan con los requisitos establecidos por las autoridades nacionales. En el caso de los importadores, también deben tomar todas las medidas necesarias para asegurarse de que solo ponen en el mercado productos que cumplan con los requisitos del CPR, de acuerdo con las exigencias nacionales pertinentes.